martes, 20 de agosto de 2013

Libro de lectura del bicentenario para nivel inicial




 En ¨La gran ocasión¨, Graciela Montes (2005) sostiene que ¨lo primero que puede hacer un maestro que quiere ¨enseñar a leer¨ es crear la ocasión, un tiempo y un espacio propicios, un estado de ánimo y también una especie de comunión de lectura¨. Incluir en el horario diario el espacio gratuito de la lectura. A veces, será el maestro quien preste su voz al cuento; otras, la simple exploración de los libros de la biblioteca para elegir qué voy a leer y qué voy a llevarme a casa. Otras veces, el aula puede recibir la visita de algún mediador que comparta una historia leída. ¨Gratuito. Así es como él lo entendía. Un regalo. Un momento fuera de los momentos. Pese a todo. El cuento nocturno lo liberaba del peso del día. Soltaba sus amarras. Iba con el viento, inmensamente aligerado, y el viento era nuestra voz¨. (Pennac, 1993) Pero leer, es también hablar de los libros. Por eso, en ese tiempo y en ese espacio gratuitos, es importante que no nos corra la prisa por ¨hacer¨. Después de leer, es necesario abrir un tiempo para conversar acerca de lo escuchado, compartir opiniones, volver al cuento o al poema para releer una expresión que nos haya gustado (o tal vez disgustado); algo que no hayamos comprendido, algo que nos haya dado mucha risa. Otra vez, la necesidad de un espacio propicio para generar el diálogo sobre lo leído o escuchado. ¨El lector busca al lector, y los vínculos entre lectores generan lectura; hay que habilitar la construcción de redes y ciudades lectoras, ricas, variadas y flexibles. Siempre en obra.¨(Montes, 2001) Para que la conversación no quede tan solo en la superficie del texto o en el comentario espontáneo de los lectores, será importante la preparación –por parte del docente- de cada encuentro de lectura. Cabe, entonces, preguntarnos: ¿Cuál será la mejor manera de presentar cada texto? ¿De qué forma será conveniente guiar la mirada sin forzar las interpretaciones? ¿Cuáles son las mejores preguntas para cada texto? ¨Mientras elegimos qué leer con otros estamos imaginando por dónde podríamos entrar a los textos en las conversaciones literarias, por dónde entrarán los demás lectores, qué encuentros y desencuentros pueden suscitarse al discutir, cómo hacemos para ayudarlos en esos hallazgos, cómo dejamos abierta la posibilidad de que sea el propio texto el que los ayude con algunas respuestas o que les abra el camino para nuevas preguntas, cómo hacemos para intervenir sin cerrar sentidos¨(Bajour, 2009)